Parece que mentes catastrofistas auguraban un fin del mundo para ayer. No se ha acabado el mundo, evidentemente. Tampoco nos ha tocado la lotería, un año más. Siempre nos queda desearnos salud y amor para el próximo año 13. Mal número, esperemos que sea otra superstición. Aunque todo depende del momento en que empecemos a contar o del cristal con que se mire.
A fin de cuentas elucubrar está en la mente humana. No nos conformamos con los hechos o con la realidad tal cual se nos presenta. Queremos más, necesitamos dar explicación a todo o buscarla aunque no sea necesaria. El arte nos satisface gran parte de estas ansias irracionales y calma nuestro espíritu, nos alienta en momentos de bajón y nos da alas cuando hay sintonía entre nuestra creatividad y nuestros medios creativos.
Goya: «El sueño de la razón produce monstruos» 1799 |
¡Vaya modelo de país y de honorabilidad para mirarse en su reflejo! Realmente ¿queremos que nuestros hijos sean así?
La realidad se impone y la reducción de presupuestos también. Dejaremos de soñar con mundos perfectos y obras maravillosas en este blog y nos ceñiremos a la "prioridad" educativa. Hasta aquí hemos llegado. El camino ha sido bonito y la compañía grata. Ahora toca volver a la realidad de los números. Ha sido un placer,
Manuel Clarimón
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